EL GOBERNANTE INFILTRADO

No hace mucho que, en España, tiene éxito un formato televisivo en el que el mandamás de turno baja a las cavernas y, de manera sutil, intenta trabajar con los que para él trabajan para de tal manera intentar entender las necesidades de su empresa y, conocer de manera directa a sus empleados.
Empleados, de todos los colores, hay en las empresas, los hay con más cara, con menos cara y, la mayoría, por desgracia, son de aquellos que ven a la empresa como propia y, por ella, se dejan la piel luchando contra la adversidad de un mundo donde el embutido, en concreto el chorizo, predomina, y se da la paradoja que trabajando no te da para cubrir las necesidades propias ni las de tu familia.
Familia, y más de una, la que no llega a fin de mes a costa de no ver a algún miembro de la unidad familiar, en el mejor de los casos, en todo el día, que no concilia vida laboral y familiar, y que tiene que jugar con sus hijos a inventarse el relleno del bocadillo porque está vacío.
Vacío, más de uno, está de alma, así que ahora que tan de moda está el formato antedicho, te recomiendo querido gobernante que pases unos días con las familias de la ciudadanía que gobiernas porque igual de esa manera dejas de decir tantas sandeces tan ajenas a la realidad social.